Por un lado, están aquellos países que disfrutan de todos los avances de la industria tecnológica. Países que gracias a su economía pueden disponer de las últimas novedades del mercado y que, además, gozan de los medios necesarios para aprender todo lo relacionado con el mundo digital.
En el otro lado, se encuentran los países subdesarrollados. Aquellos que tardarán mucho tiempo en descubrir en qué consiste todo esto de la digitalización y que, hasta el momento, no podrán disfrutar de las nuevas tecnologías tanto de la información como de la comunicación.
La brecha digital no sólo se refiere a un aspecto económico sino también de conocimiento. El mundo digital sigue siendo bastante desconocido y complejo para muchos. No todos pueden presumir de manejarse entre las redes digitales como pez en el agua.